Reseña crítica: Un joven (Cheon Jeong-Myeong) maneja por una carretera y sufre un accidente con vuelco incluído. Sale del automóvil y comienza a vagar por el bosque hasta quedar inconciente. Al despertar, una niña con un farol (Sim Eun-Kyeong) lo guía hasta su casa, en la que viven sus dos hermanos (Eun Won-Jae y Jin Ji-Hee) y sus supuestos padres. Pronto surge la impresión de que en esa casa todo está estructurado en pos de esos tres hermanitos, los juguetes, las actividades, etc. Y la prueba es que al primer intento de regresar a la carretera, el viajero no logra encontrar la salida y se ve obligado a regresar. Pronto la situación se revela tensionante, con la desaparición de los padres y la llegada de una nueva pareja, cuyo auto se averió en el camino. Hay intentos por parte del protagonista de explorar la casa, una desafortunada incursión en un interminable altillo y el expresivo hallazgo de un libro de cuentos ilustrado (una versión de "Hansel y Gretel"). ¿Quiénes son las víctimas en esta versión, los niños o los adultos? Bajo esta premisa, la película abarca varios registros, desde la fantasía colorida hasta el terror de cabellos y niños diabólicos, incluyendo el flashback supuestamente revelador que explica el pasado de estos niños pero no da un cierre lógico a las anomalías que se observan. Narrativamente la película debe mucho a aquel famoso episodio de TWILIGHT ZONE (La Dimensión Desconocida), IT'S A GOOD LIFE (1961), en que un niño telequinético y telépata controlaba todo el mundo conocido y al viejo telefilme ALL THE KIND STRANGERS (Extraños Bondadosos-1974) en que tres hermanitos tratan de obligar a una pareja (Stacy Keach y Samantha Eggar) a quedarse a vivir como padres de ellos en una remota granja. La ausencia de originalidad y la falta de concresión de mucho de lo que la película prometía se compensa, de a ratos, por algunos hallazgos visuales y la espectacular performance de los pequeños intérpretes. [Cinefania.com]
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